En el norte de la ciudad, un lugar tranquilo y lujoso especializado en la gestación subrogada.
El líquido amniótico de Ye Beiyue rompió, y estaba esperando para entrar en la sala de partos.
Dos enfermeras a cargo de cuidarla, nerviosas, la rodeaban.
Después de un rato, la puerta del ascensor de ese piso se abrió, y un hombre de mediana edad y dos guardaespaldas vestidos de negro caminaron nerviosamente hacia ella.
El hombre de mediana edad le dijo cortésmente: "Señorita Ye, ya le hemos pagado la mitad de lo acordado, aquí está el registro de la transferencia, échale un vistazo."
Ye Beiyue tomó lo que le entregaron y le echó un vistazo, exactamente cinco millones, la cuenta receptora era la de su padre, Ye Zhihe.
El hombre de mediana edad preguntó con una sonrisa: "¿Ya puedes entrar al cuarto de parto?"
Ye Beiyue frunció el ceño debido a las contracciones.
El hombre de mediana edad aseguró rápida: "No se preocupe, tan pronto como nazca el niño, enviaremos el resto, cinco millones, a la cuenta de su padre en seguida."
Ye Beiyue se acarició el vientre, y obedientemente entró a la sala de partos.
…
Cuando Ye Beiyue despertó, ya era la mañana del día siguiente.
La otra parte ofreció servicio posventa, trasladándola a un centro materno-infantil, donde recibió el mejor cuidado.
Al ver su vientre vacío y piel flácida, y sentirse físicamente agotada, no se sentía bien.
Desde afuera se podía escuchar el llanto de un bebé ajeno, Ye Beiyue se frotó los ojos, y luego tomó el móvil de la mesita de noche, llamando a su padre, Ye Zhihe.
La llamada fue contestada rápidamente.
Inmediatamente preguntó: "Papá, los diez millones ya deben haber llegado a tu cuenta, deberíamos poder pagar la deuda de juego de mi hermano mayor, ¿puedo ver a abuelo ahora?"
"¡Ye Beiyue, pequeña desgraciada, tu abuelo ya murió por tu culpa!"
Ye Beiyue se levantó de golpe.
Del otro lado de la línea, Ye Qiao se rió burlonamente, "¡No pienses que no sabemos cómo obtuviste esos diez millones! ¿No ha sido durmiendo con hombres todas las noches? ¡Nuestra familia Ye siempre se ha destacado por su distinguida herencia! Hace tres meses, cuando el abuelo se enteró de que te mantenían, murió de rabia por tu culpa. ¡No vuelvas más!"
"No tengo un... "
No terminó de hablar, cuando la llamada se interrumpió abruptamente.
Se levantó de la cama, y corrió hacia afuera.
Enfermeras preocupadas trataron de detenerla, "¿A dónde vas, señorita Ye? ¡Está lloviendo mucho afuera y acabas de dar a luz, necesitas descansar, no puedes salir!"
No escuchó sus palabras, las empujó con fuerza y corrió desesperada.
Afuera, el trueno retumbaba y la lluvia torrencial inundaba la calle.
Cuando llegó a la casa de la familia Ye en la ciudad, ya estaba completamente empapada por la lluvia.
Atrapó a golpes el portón.
Una criada entró a informar, y después de un rato, Ye Qiao salió, vistiendo un vestido rosado de princesa y acompañada de esa criada.
"Ye Beiyue, ¿realmente tienes la cara de volver?"
Ye Beiyue inspiró profundamente, preguntando fríamente: "¿Dónde está abuelo?"
"¡Por supuesto que murió por tu culpa!" Respondió con un resoplido frío, luego dijo desinteresadamente: "Insistió en volver a ese lugar en el campo que te crió desde que eras pequeña, un lugar perdido en la nada. Ahora, probablemente la hierba ya ha cubierto su tumba”.Ye Bei Yue apretó los puños, "¿Por qué no me lo dijiste?"
Solo después de que el rugido se calmó, un fuerte empujón golpeó su hombro.
Thud—
Cayó violentamente al suelo, acostada en un charco de agua.
Las gotas de lluvia del tamaño de un frijol seguían golpeando su rostro y cuerpo.
Ye Qiao, todavía enojada, se acercó a ella, levantó su pie con tacones altos y los apoyó en su rostro.
Un dolor punzante la embistió. Ye Bei Yue cayó al suelo, jadeando por no poder respirar.
"¿Eres una zorra? ¿Te atreves a gritarme?" Ye Qiao le pateó violentamente varias veces.
Ye Bei Yue no tenía fuerzas para levantarse, temblaba de frío.
Ye Qiao la miró en este estado y se excitó cada vez más.
Luego volvió a acercarse a ella, se agachó y agarró su rostro, clavó sus largas uñas en la piel y carne de su rostro.
"Eres tan descarada como tu madre, la zorra!" escupió en la cara de Ye Bei Yue, "Antes ni siquiera pensaras en poner un pie en mi casa, mucho menos ahora. Incluso si te vendes para pagar las deudas de juego de mi hermano, no pienses en manchar nuestra casa! Eres la clase de mujer que solo sirve como juguete para los hombres!"
Ye Bei Yue la miró con el ceño fruncido.
La lluvia caía en sus ojos, cubriendo el enrojecimiento en la parte de abajo de sus ojos, y también ocultando su odio.
Ye Qiao volvió a empujar su cara en el charco varias veces, luego se levantó y entró por la puerta principal.
La puerta principal se cerró nuevamente, dejando a Ye Bei Yue solo con la lluvia fría golpeando su cara.
