NovelCat

Let’s Read The World

Open APP
Amor de Mi Esposo

Amor de Mi Esposo

Updating

Multimillonario

Amor de Mi Esposo PDF Free Download

Introduction

Jazmín tenía un par de hijas adorables, y también, un marido infiel pero guapo. Desde que su marido la dejó, tuvo que mentir a sus hijas diciéndoles que su padre estaba demasiado ocupado para verlas. Sin embargo, un día, sus hijas se encontraron a su padre de la mano con otra señora. La mujer salió corriendo mientras lloraba; su padre guardó silencio, y su madre Jazmín, les exigió que volvieran al auto... Desde entonces, sus hijas rezaron para que su padre regresara. Y lo consiguieron...
Show All▼

Chapter 1

Jazmín entró en la habitación y se encontró con las lindas cositas que aún dormían profundamente en sus camas: sus bebés.

Eran dos, gemelas, aunque no idénticas. Tenían 6 años. Compartían la misma habitación, pero dormían en camas diferentes.

Najwa y Naroa eran sus nombres y eran las únicas cosas valiosas que le quedaban a Jazmín.

Sonriendo un tanto pesarosa, se acercó a ellas, y se sentó en la cama de Najwa.

"Bebé", susurró y la acarició suavemente.

Luego, se volvió hacia Naroa e hizo lo mismo. Poco a poco, las pequeñas empezaron a quejarse mientras dormían.

"¡Uf! Mamá, cinco minutos más, ¿sí? Tengo sueño", dijo Najwa mientras se movía en la cama.

"Vamos, cariño, levántate. No tenemos mucho tiempo. Si no se levantan ahora, llegaremos tarde a la escuela, y no queremos eso, ¿verdad?", les dijo en voz baja. Aun así, ambas continuaron durmiendo.

Tocando de nuevo a cada una de ellas, finalmente, se obligaron a abrir los ojos.

"¿Tenemos que ir todos los días a la escuela?", Naroa refunfuñó mientras se frotaba los ojitos.

Tal mordaz declaración le sacó una sonrisa a Jazmín.

"No te preocupes, cariño. El fin de semana llegará dentro de unos días y podrás descansar todo lo que quieras. Pero por ahora, mamá necesita prepararlas para la escuela porque si llegan tarde, ella también llegará tarde al trabajo y podría ser sancionada. ¿Te parece buena idea si evitamos que eso pase?", dijo entusiasmada y una energía completamente nueva inundó a las pequeñas.

Ellas jamás harían algo que pudiera dañar a su madre, por lo que tras escucharla decirles eso, cambiaron de idea y se sentaron en la cama.

Verlas hacer eso hizo que Jazmín sonriera.

"Vamos, su baño está listo. Solo debemos...".

"Mamá, ¿papá aún no ha vuelto?". Najwa la interrumpió con calma y Jazmín sintió como si alguien le apretara el corazón.

Si no fuera por el hecho de que eran apenas unas niñas, probablemente habrían notado sus ojos vidriosos.

"Mmm... To... Todavía no, cariño. Sigue muy ocupado con su proyecto", mintió otra vez.

"Entonces, ¿aún no ha regresado al país?", preguntó Naroa y ella negó con la cabeza.

"¿Pero por qué, mamá? Ya ha pasado tanto tiempo y ni siquiera hemos hablado con él por teléfono. ¿Estás segura de que estará en casa para nuestra fiesta de cumpleaños?", Najwa declaró un tanto abatida.

"Por... Por supuesto, cariño. Tu papá no se perdería su fiesta por nada". Dijo Jazmín dejando escapar una sonrisa falsa, para cubrir su nerviosismo.

Estaba agradecida de que sus bebés fueran demasiado pequeñas para notarlo, si no...

Las dos hermanas guardaron silencio durante unos segundos mientras intentaban digerir todo el asunto. Extrañaban muchísimo a su padre.

"Ehm… vamos cariño, se hace bastante tarde. Date prisa para que pueda bañarte", dijo e intentó ponerse de pie.

"¡Oh, no! Mamá, no te preocupes por eso, Naroa y yo ya somos grandes, ya no necesitamos que nos bañes", se jactó Najwa mientras saltaba sobre la cama.

Naroa secundó a su hermana con su risa y también saltó sobre la cama. Poco después, juntas corrieron al baño.

Jazmín les sonrió mientras las vio alejarse, pero tan pronto como las perdió de vista, se tapó la boca con la palma de su mano y rompió a llorar incontrolablemente.

Lo que pasaba era que les estaba ocultando la verdad; sin importar cuantas veces hubiese querido decirles lo que en realidad sucedía, ella simplemente no podía hacerlo.

Y es que, ¿cómo se suponía que debía confesarles a sus hijas, que el padre que conocían, de repente, las abandonó? Que se divorció de ella para estar con otra mujer.

¿Cómo les pediría que aceptaran el hecho de que él nunca volvería a casa? ¿Cómo?

¡Oh! ¡Foudil!

Ella lo odiaba tanto por hacerle eso; por romperle el corazón.

Por supuesto, ella también odiaba a su amante.