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Su dulce renacimiento: perseguida por el multimillonario arrepentido

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Multimillonario

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Introduction

Después de un accidente automovilístico, se despertó con amnesia, transformándose de ser una mujer vil en una esposa dulce y amable. Escuchó que antes de perder la memoria, tenía un corazón malvado. No solo tenía un montón de amantes afuera, sino que también había separado a su esposo de su primer amor. Sin recuerdos de su pasado, Amber Quinlan juró reformarse. Sus resoluciones para la reforma: dejar a todos sus amantes y suplicar el perdón de su esposo. Cuando regresó el primer amor de él, ella cortésmente ofreció a su esposo, encarnando el espíritu de la dedicación. "Te estoy dando a mi esposo, no necesitas ser cortés." Desde entonces, su esposo finalmente mostró una expresión oscura en su rostro. Justo cuando su vida parecía mejorar, salieron a la luz secretos del accidente automovilístico. ¿Quién era exactamente ella? ¿Amber Quinlan? ¿O no?
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Chapter 1

“Hmm…”

Amber Quinlan tarareó suavemente y abrió los ojos lentamente. Lo primero que vio fue el resplandor mareante de la luz del techo y el vasto espacio blanco que la rodeaba.

Intentó incorporarse, pero se dio cuenta de que sus extremidades estaban débiles, su cuerpo sin fuerzas. Sus músculos se sentían como si estuvieran paralizados, completamente entumecidos.

“Está despierta… ¡la paciente está despierta!”

La enfermera que hacía la ronda gritó sorprendida y salió corriendo a buscar al doctor e informar a la familia de la paciente.

Después de completar su examen, el doctor dijo: “Señora Fabel, su cuerpo esencialmente se ha recuperado. Sobrevivir a un accidente de coche tan grave y despertar... verdaderamente un milagro.”

“¿Señora Fabel?” Los labios de Amber estaban pálidos mientras luchaba por sentarse con la ayuda de la enfermera. Señalándose a sí misma, le preguntó al doctor: “¿Está hablando de mí?”

El doctor y la enfermera intercambiaron miradas. La señora Fabel actuaba como si no supiera quién era. Si eso era verdad, ¿cómo iban a explicarle esto al señor Fabel cuando llegara?

“Por ahora, no informen al señor Fabel…”

“¿No me notifiquen sobre qué?”

Al enterarse de que Amber había recuperado la conciencia, Stellan había corrido al hospital desde una cena de gala.

Iba vestido con un traje negro a la medida, con líneas impecables complementadas por una corbata azul oscuro. Su apariencia era formal pero no excesivamente rígida.

Amber observó con curiosidad al hombre que acababa de entrar en su habitación.

Aunque su rostro no era convencionalmente atractivo, poseía un encanto único. Sus ojos hundidos y su nariz aguileña la hicieron preguntarse si podría tener alguna ascendencia extranjera.

Se encontró mirándolo, un poco aturdida, hasta que volvió en sí y se dio cuenta de que la mirada de Stellan estaba fija directamente en ella. Su corazón dio un vuelco.

¿Por qué un completo desconocido la miraría con tal expresión?

Su mirada era fría, tan afilada como una hoja, capaz de atravesar su ser. Amber intentó recordar, pero por más que lo intentara, no lograba recordar quién era ese hombre. Pero tampoco podía recordar quién era ella misma.

"Señor Fabel, ya que está aquí, lo dejaremos solos," dijo el doctor.

El médico y la enfermera salieron de la habitación, dejándola en un silencio que hizo que Amber se sintiera algo incómoda.

"¿Quién eres?" Amber lo miró con cautela y preguntó: "¿Nos conocemos?"

La mirada de Stellan recorrió su rostro. Ese rostro, antes hermoso y astuto, ahora se atrevía a parecer tan inocente frente a él. Sus habilidades de actuación eran realmente impresionantes.

"Un accidente de coche tan grave, y sin embargo no moriste. Tu suerte es impresionante."

Amber frunció ligeramente el ceño. La manera en que lo dijo... no sonaba del todo bien. Débilmente, preguntó: "¿Quién eres tú exactamente? Y... ¿quién soy yo?"

Stellan observó su actitud actual. Tan ingenua; tan convincente. Si no supiera mejor, si no hubiera presenciado sus sucias y despreciables tácticas en el pasado, podría haberle creído.

"Tú... me conoces, ¿verdad? ¿Puedes decirme quién soy?" Amber se mordió ligeramente el labio, su cabeza palpitaba desde que había despertado.

Estar en un entorno desconocido, sola en una sala de hospital con un extraño, la llenaba de un miedo inexplicable.

Su instinto le decía que este hombre era peligroso. Pero en este momento, él era su único vínculo para descubrir quién era ella.

Stellan esbozó una sonrisa fría. Está bien. Ya que quería jugar este juego, él seguiría con su actuación y vería hasta dónde podía llegar. ¿Qué nuevos trucos traía bajo la manga esta vez?

Se adelantó, sentándose junto a la cama. Sus dedos largos y delgados elevaron su barbilla, obligándola a mirar su rostro.

Entonces, habló, cada palabra clara y deliberada: "Te llamas Amber Quinlan. Eres mi esposa."

La mujer en la cama se quedó atónita. Le tomó un buen momento reponerse antes de volver a mirar a Stellan y preguntar: "Yo soy Amber Quinlan... ¿tu esposa?"

"Así es. Si no hay nada más, te llevaré a casa ahora."

La mente de Amber estaba llena de dudas. ¿Podía un esposo ser tan frío con su esposa, especialmente después de que ella hubiera sobrevivido a un accidente de coche?

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