Creí que habia sido clara con mis intensiones desde un principio. No quería una relación. Pero el insistió, me busco y me enamoro. Y cuando ya me tuvo en sus manos. Se fue. Me dejo. Después de tantos años siendo nada, cuando por fin le digo que en verdad me gusta, que de verdad quería intentar algo serio con el. Se va de un día para el otro.
Karem se habia ido hace algunos meses. Diez meses para ser exacta. Su papa le dio la opción de trabajar en la empresa familiar con sede en Atlanta, y el eligió la sede de Italia. No respondía mis mensajes, ni llamadas, sus redes sociales explotaban de fotos de fiestas, chicas en poca ropa, el besándose con varias de esas chicas.
Me rompió el corazón. Yo sabia que no podía confiar en el. Siempre se habia comportado como un idiota narcisista pero al menos creí que de verdad me amaba. Al final siempre me terminan destrozando a mi.
Debería haber seguido con mi vida como siempre, sin tener que darle prioridad a alguien que claramente no se lo merecía.
Llore el primer mes, me deprimí y me culpe por siempre ser a la que terminan engañando. Después volví a mi vida, trabajo, familia, fiestas y mas responsabilidades. Todo habia vuelto a la normalidad, por así decirlo. Al menos hasta hace unos meses cuando una pareja se mudo al departamento de al lado.
Hacia un tiempo el chico de al lado habia tomado la costumbre de sentarse en la ventana a observar hacia la calle justo cuando yo cerraba mi panadería, la cual se encontraba frente a nuestro edificio justo en la esquina. Fue así todas las noches durante cuatro meses mas o menos. Zach mi mejor amigo y empleado fue quien me lo dijo.
El decía que el chico se quedaba mirándome hasta que entraba en el edificio y unos minutos después el entraba. Así fue todas las noches. Con el tiempo comencé a mirarlo sin que se diera cuenta y a veces me quedaba parada en la vereda mas tiempo solo para poder verlo un poco mas, se lo veía algo triste. Como si estuviera deprimido.
Por lo que sabia gracias a la señora Evans, tenia peleas constante con su pareja. Siempre era ella quien le gritaba o lo insultaba, jamás lo habia escuchado levantar la voz o algo parecido. Por suerte para mi, yo nunca habia escuchado sus peleas. Aunque sentía lastima por ese chico. No es bueno estar en una relación así. Además se veía que era lindo, al menos físicamente se veía lindo, se notaba que iba al gimnasio.
Después de un tiempo nació el bebe de al lado y trate de ser comprensiva y amable como vecina pero estaba hasta la madre de escuchar a ese bebe llorar todas las noches.
Siempre era lo mismo, llantos, llantos y mas llantos, era así desde hace un mes. Era entendible que eran padres primerizos, podía entender eso y que probablemente estén haciendo lo mejor que pueden pero para nosotros, los vecinos que teníamos que aguantar el llanto constante del recién nacido, no era nada fácil.
No me malinterpreten, me encantan los bebes, son hermosos y adorables, pero cuando me dejan dormir.
Y yo necesitaba dormir, entraba a trabajar a las cuatro de la madrugada, y ya eran las dos. Parecía apropósito, cuando trataba de quedarme dormida, otra vez ese mocoso volvía a llorar, parecía empeñado en no dejarme dormir.
Ya no aguantaba mas, tenia que decirles algo a ese par, no podía ser que todas noches sea lo mismo, me levante y salí del departamento, esto se termina por que se termina.
Golpee la puerta con suavidad, esta bien estar enojada pero sigo siendo consiente de que hay mas vecinos, me cruce de brazos esperando a que abrieran, no se cuanto tiempo estuve esperando después de recibir un <Ya voy> por parte de una voz masculina.
Estaba empezando a desesperarme, eran las dos y tanto la ultima vez que vi el reloj, antes de salir, pero cuanto mas tardaban en abrir mas molesta me ponía y menos horas de sueño tenia.
Unos minutos mas tarde la puerta se abrió dejando ver a un muy ojeroso chico, semi empapado en sudor y..¿eso era vomito?, ni siquiera quería imaginarlo, sosteniendo a un muy inquieto bebe que no dejaba de moverse en sus brazos, claramente se sentía incomodo.
-Buenas noches- comento visiblemente apenado-
Gracias al altísimo que todavía no tengo hijos, y a este paso espero no tenerlos nunca. El chico que habia visto todas las noches durante cuatro meses, se veía de la mierda. Y se notaba a simple vista que su casa era un desastre de proporciones bíblicas, se podía ver la suciedad del piso, la ropa tirada por todos lados, una pila platos sucios, no sabría por donde empezar a limpiar esta casa, esto llevaba mi ansiedad a un limite que ni yo sabia que tenia.
Recordé que debía responderle.
-Buenas noches mis calzones,...¿Tienes alguna idea de que hora es?- lo increpe, aunque sentí una pizca de lastima después de ver su reacción, creo que sonó mas rudo de lo que imaginaba-
-Lo siento, eres la quinta persona que viene a verme, de verdad lo lamento, es solo que yo no se como...-
-No me interesa como- le interrumpí- Solo haz callar a ese bebe, ¡por favor!, necesito dormir, entro a trabajar a las cuatro de la madrugada-
No pretendía dar lastima, ni que sonara como tal. Ya me habia arrepentido de haber venido a molestar.
-De verdad no sabes cuando lo siento, e hecho de todo para que duerma pero no encuentro el modo,...lo siento no pretendía dar lastima- se disculpo-
Ahora me yo me sentía culpable por haber sido grosera, estaba a punto de disculparme cuando el bebe comenzó a llorar de nuevo. Respire hondo tratando de calmar mis ganas de alzarlo y hacer que se durmiera de una vez, solo me gire y volví a mi departamento.
A decir verdad me recordó cuando tenia que cuidar a mi hermanito por las noches mientras mi papas trabajaban, ambos eran enfermeros y sus horarios eran un asco, pero también recuerdo a los vecinos quejándose por los llantos de mi hermano, también me recuerdo a mi, mandando a la mierda a mis vecinos...ah...que tiempos.
Diez minutos mas tarde el bebe seguía llorando y mis nervios ya estaban en un nivel estratosférico.
Una voz en mi cabeza decía, <No te metas, no es tu problema>. Pero no lo resistí, me gano mi parte de hermana mayor, tenia mucha experiencia en cuanto a bebes, había cuidado de mi hermano desde que nació, algunos niños mas en mi trabajo de niñera en Argentina y en esta cuidad cuando nos mudamos.
Antes de salir del departamento prepare dos cosas, la primera fueron tres sándwiches de jamón y queso bien cargados, y lo segundo crema para paspaduras, no se y no me pregunten como se que ese bebe esta paspado, solo se que lo esta.
Una vez que llegue golpee su puerta y espere con mucha, mucha paciencia a que abriera, unos minutos después la puerta se abrió dejando ver la cara de sorprendido del chico.
-Yo...-
-No vine a reclamarte nada, pero esa cosa...- dije señalando al bebe- ,que tienes ahí, esta llevando a mis nervios y mi paciencia a niveles estratosféricos y ya no lo soporto, así que por mi bien, vine a ayudarte a que eso... se calle- confesé- ¿Puedo pasar?- dije sin mas.
Tardo unos minutos en reaccionar, supongo que no todos los días una extraña se ofrece a ayudarte con tu bebe a las tres de la madrugada, lo mas probable es que piense que estoy completamente loca, y no lo culparía por pensarlo.
-No se...que decir-
Hasta que hablo.
-Muévete- ordene.
Se hizo a un lado para que pasara, me arrepentí tanto a haber entrado una vez que sentí el olor a pañal sucio.
-Por el altísimo, ¿Que es esto?-
Horror, horror y mas horror, ninguna película de terror me daba tanto miedo como este departamento, y yo creí que ver desde la puerta era mucho, pero una vez dentro se veía aun peor.
-Esto no es un departamento, es un nido de ratas- comente en voz alta, mientras dejaba lo traje en la mesa-
Me gire para verlo, ni siquiera sabia su nombre, lo habia visto sentado en la ventana todas las noches durante meses pero nunca supe su nombre, y en ese momento era lo que menos me importaba, siendo honesta, si antes sentía lastima, ahora la siento multiplicada por mil.
Mirándolo bien, se veía de la mierda, ojeroso, sucio, despeinado, vomitado, así podría seguir un buen rato pero ahora mismo lo que mas me preocupaba era esa bola de vomito andante, al menos el bebe se veía limpio. Me acerque a el y extendí mis brazos para tomar al bebe, tardo en reaccionar y darme al bebe pero una vez que estuvo en mis brazos levante la vista hacia el chico.
-Tu- lo señale- Ve a bañarte, te vez de la mierda- ordene.
El solo me miraba como si estuviera loca, y lo repito, no lo culpo.
-Deja de verme y ve a bañarte- volví a ordenarle mientras mecía al bebe-
-Liam...se llama Liam-
Con una mirada que no pude entender camino hasta el baño, o bueno creo que es el baño, ya que parece que tenemos el mismo departamento, solo que mi cocina es mas grande.
-Con que te llamas Liam, no importa para mi eres una maquina de vómitos exprés- le dije mientras caminaba hasta la cama- ¿Verdad que si?...si que si-
Lo recosté en cama, le quite su ropa, se veía tan chiquito, toque su estomago y me di cuenta enseguida de cual era el problema.
-Así que eso era... -
Tenia gases.
-¿Sabes?, a mi hermano le pasaba lo mismo de chiquito- sujete sus piernitas y comencé a movérselas como si estuviera haciendo sentadillas solo que de una forma mas lenta y con mas cuidado- Solo unos minutos mas y te vas a sentir mejor...y vas a poder dejar de llorar, y yo voy a poder volver a dormir tranquila- dije canturreando- Y de paso dejar de hablar así, por el altísimo, me doy vergüenza- respire profundo y continúe con mis movimientos-
Al cabo de un rato, su cara cambio por completo, poniendo cara de alivio, eso solo significaba una cosa, se había cagado, y si algo odiaba de los bebes, era los primeros meses de sus cagadas, era horribles y apestosas, las odiaba con toda la fuerza de mi alma.
-Veamos...veamos..¿Donde están los pañales?- comente mientras miraba hacia todos lados- No puede ser tan difícil encontrar tus pañales...¿Verdad?-
Mire bien sobre la cama, su cuna, la mesa, los muebles que dicho sea de paso necesitaban con urgencia una limpieza profunda. Busque no se por cuanto hasta que encontré una bolsa de supermercado con pañales, toallitas húmedas, un biberón, chupetes y una revista de cocina para bebes.
-Bien, tenemos los pañales y toallitas húmedas, ¿Que me falta?, ¿Que me falta?- me seguía repitiendo hasta que recordé la crema- Ya me acorde, la crema...¿Donde...-
Camine hasta la mesa y tome el pote de crema, me gire y volví hacia la cama.
Una vez que le quite el pañal sucio, y mierda que estaba sucio, lo limpie muy bien con las toallitas húmedas.
-Ves...ojo de loca, no se equivoca, chiquito- dije aplicándole la crema- Los pañales de hoy en día son horribles, ¿A que si?- termine de aplicarle la crema y le coloque el pañal, levante mi vista para buscar algo de ropa limpia, ya que la que tenia estaba manchada de vomito-
Casi no tenia ropa limpia pero algo pude rescatar, no tenia idea como decirle a este tipo de ropa acá en Atlanta pero en Argentina se lo conoce como chomba, era de color gris con unas medias y un gorrito a juego, debo admitir que me dio ternura verlo así vestido, se veía tan calmado, hasta parecía que me estaba sonriendo.
-Si no fueras la razón por la cual no puedo dormir de noche, diría que te ves tan tierno vestido así- le dije con una sonrisa- Y ahora a dormir-
Lo tome en brazos y mientras que con un brazo lo arrullaba, con el otro acomodaba las sabanas y colchas de su cuna, también quite todo de la cama y la acomode como pude, dejando todo lo que estaba sucio en una silla, aun con el pequeño en brazos comencé a quitar todo de la mesa, acomodando todo lo que podía, cuando termine me di cuenta de que Liam estaba completamente dormido, camine de regreso hasta su cuna donde lo deje con cuidado de no despertarlo, tan lento como sea posible, una ves que lo acomode bien y de taparlo, me debatía entre lavar los platos o dejarlos así, digo no era mi casa pero a mi señora interna le daba ansiedad ver tantos platos sin lavar, aunque antes de eso busque una bolsa de basura porque la que estaba desbordaba en pañales sucios y paquetes de comida congelada, una vez que termine con las bolsas siguieron los platos, los lave lo mas rápido que pude, después tome una ballerina para comenzar a limpiar la mesa y así quitarle el polvo, acomode las sillas y barrí el piso.
Debo admitir que había dejado el lugar mas ordenado y limpio, a como lo encontré, aunque mi señora interna no estaba tan feliz porque no puede hacer una limpieza mas profunda, estaba medianamente satisfecha.
Estaba apoyada contra la mesada pensando en como no había ropa de mujer en la casa. No es como si tuviera mucho tiempo para espiar a los vecinos nuevos, ya que cerrábamos la panadería cerca de las diez de la noche y entrabamos a las cuatro, para cocinar las masas y dejar todo listo para cuando abriéramos a las seis de la mañana. En fin, pasado un rato escuche unos pasos acercándose a donde yo estaba, levante mi cara y ahí estaba el padre de la maquina de vómitos, ahora se veía mas decente, se había afeitado, y olía perfumado. Ahora si se veía como el chico de la ventana.
-Un gran cambio- le sonreí-
-Yo...no se...como agradecerte...ni siquiera se que decir- dijo observando el lugar-
-Perdón por tocar tus cosas- le respondí apenada- Pero mi ansiedad pudo conmigo-
-No tienes que disculparte, soy yo el que debería hacerlo- comento apenado-
Se podía escuchar su estomago rugir, y recordé los sándwiches que prepare.
-Supongo que no haz comido nada- hable mientras estiraba mi brazo para tomar el tupper con los sándwiches- Toma, siéntate y come- ordene, me acerque a el y le entregue el tupper, el me miro sorprendido- Imagino que nunca prestante atención a lo que tenia en las manos cuando entre-
Mientras el se sentó a comer, y yo camine hacia la cama y tome el pote de crema, el tipo necesita unos buenos consejos de como cuidar a un bebe, y ahora ya ni siento sueño así que tengo que aprovechar y decirle unas cuantas cosas, solo espero que con eso mañana yo pueda dormir tranquila.
-Presta mucha atención a lo que voy a decirte- lo observe mientras comía lo que prepare- Primero esto que tengo en las manos es una crema que vas a aplicarle cada vez que le cambies el pañal, no en una cantidad exagerada, solo un poquito en donde veas que tiene la piel enrojecida- le explique de manera lenta, al menos lo suficiente como para que entienda lo que digo- Segundo, tienes que lavarle la ropa, ya casi no tiene ropa que pueda usar,... Tercero nada de chupetes, si quieres puedes usar tu dedo meñique, pero nada de chupetes, aun es muy pequeño para eso- lo reprendo- Y por ultimo y no menos importante, cuando vallas a acostarlo, acuéstalo de lado, no boca arriba, ni boca abajo, solo de lado, porque por lo que he visto suele vomitar mucho, y cuando lo haga vomitara hacia de lado y no se ahogara con su propio vomito- eso sonó muy cruel- Me disculpo si lo ultimo sonó cruel pero ha pasado y...bueno... es un consejo útil- finalice antes de caminar hacia la puerta- Por cierto me llamo Brenda Stewart, soy la vecina de junto- señale a mi izquierda- Y soy la dueña de la panadería de la esquina, por si necesitas algo y no estoy en casa- dicho esto salí del departamento-.