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Sacerdotisa PDF Free Download

Introducción

Adara ha sido educada bajo los principios de una sacerdotisa de Afrodita. Su madre, La Gran Sacerdotisa Calandra, le ha enseñado todo conocimiento, incluido el de la seducción, esperandon a la edad prudente para iniciar su mundo como sacerdotisa. Ambas no contaban con la invasión de Neo Páfos por los soldados romanos, ni con la aparicion del Comandante más terminó y respetado por toda Roma, Constantinus.
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Chapter 1

El cielo estaba en total oscuridad y el silencio reinaba en el lugar. Los animales salvajes cesaron su canto temiendo a un depredador peor del que la naturaleza les impuso. En la entrada del bosque, el recorrido de una mujer rompía el estado en el que se encontraba sumergido aquel lugar. Las pisadas generaban crujidos de ramas y hojas secas evidenciando su posición.

La mujer corría lo más rápido que podía con la bebé durmiendo en su regazo. Imploraba a los dioses para que la niña no se despertara y llorara, porque sería el fin de ambas. Los pueblerinos de Salem las seguían con antorchas, espadas y dagas para cortarles la existencia en este plano terrenal.

Aunque la mujer temía por su bebé, jamás dudo en cumplir su misión.

Cuatro lunas anteriores, Martha Corey había tenido un sueño profético. Y desde esa noche, no había tenido otro sueño sino ese. Así pues, entendió que era la voluntad de los dioses que se llevara a cabo tal cual como en su mente se proyectaba.

Cada paso, respiración y tiempo que corría hacía el lago dentro del inmenso bosque, había sido dictado cada noche. Sus mañanas se habían vuelto pesadas y sentía la presión en su espalda como si llevara sacos de papas acuesta. Tanto fue su pesar, que todos pensaron que estaba siendo poseída por demonios o peor aún, que era una bruja y traería maldiciones al pueblo.

Es así como ella junto a su pequeña pelo negro de apenas meses de nacida, habían terminado en esa situación, huyendo a mitad de la noche.

Martha Corea sabía lo que le esperaba una vez dejara a la niña en el lugar indicado. Al igual que su dulce esposo, tendría una muerte horrenda a manos de la turba. Pero ella era solo una hormiga obrera en los grandes planes que tenían los dioses con su bebé y sería peor si ella no seguía la voluntad de estos.

Después de correr horas y escuchar como la gente se aproximaban a ellas, Martha llegó al lago agotada. Tal como estaba predicho, una canasta con almohadones de plumas y mantas de seda y piel de oso, se hallaba a orillas del lago esperando por la bebé. Martha abrazo a su hija y la beso incontables veces. Sin lugar a dudas, su pequeña había sido el mejor regalo de los dioses y volvería a vivir esta vida con ella sí la dejaran elegir.

Acostó a la bebé en la cesta y adentrándose en el lago, empujó a su bebé hacia su destino.

Las lágrimas recorrían el suave rostro de Martha y aquel dolor en el pecho no permitía que el aire llegara correctamente a sus pulmones.

Cientos de hombres y mujeres encabezados por el reverendo Samuel París, llegaron cuando la bebé ya no se veía debido a la inmensa bruma blanca que invadía el lugar. Martha salió del agua hacia la gente que la esperaba para terminar su existencia. El vestido se adhería a las suaves curvas de su cuerpo haciendo que los hombres se quedarán momentáneamente hipnotizados por su esbeltez. Sin embargo, las mujeres sólo sintieron celos de ella y sacaron de aquel trance a los hombres con sus gritos pidiendo la muerte de la bruja poseída.

Martha sonrió — no soy yo quien juzgará cada herejía en mi contra.

Cuando cerró sus ojos, sintió como la diosa la tocaba para que no sintiera dolor ante lo que su cuerpo sufría. La paz llegó a su vida junto con la promesa de aquella divinidad, donde podría ver a su pequeña cumplir la misión y hacer grandes cosas en la tierra.