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Rechacé a mi Pareja Alfa

Rechacé a mi Pareja Alfa

Terminado

Hombre Lobo

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Introducción

Sara rechazó a su pareja por su amor Izan, ya que habían prometido elegirse el uno al otro para ser su pareja. Pero Izan no rechazó a su pareja predestinada y, en cambio, mintió a Sara. La ira llevó a su corazón roto a caer en los brazos de su ex compañero. Tuvieron una noche, pero Dios, ¡por qué nunca supo que su compañero era un Alfa! Y ahora el Alfa nunca la dejaría ir. ¿Qué debía hacer?
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Chapter 1

Sara

—No te acepto como mi compañero —pronuncié las palabras con decisión y su reacción inmediata fue la de apretar las manos hasta dejar sus nudillos blancos. Sabía que estaba enojado, sus penetrantes ojos verdes no dejaban ninguna duda de lo que sentía, aunque era comprensible. ¿Quién esperaba ser rechazado por la persona que el destino había decidido para ellos?

Tenía que hacerlo porque lo había prometido. Había estado con mi novio, Izan, desde que estábamos en la escuela y ambos habíamos planeado que rechazaríamos a nuestros compañeros para poder pasar el resto de nuestra vida juntos. No iba a perderlo por un desconocido.

El hombre frente a mí se quedó en silencio, sin quitarme los ojos de encima, pero sintiendo un enorme dolor con la ruptura de nuestro vínculo. Lo sabía porque estaba sintiendo lo mismo, aunque me calmaba saber que no sería para siempre.

—¿Por qué? —preguntó con un gruñido, preocupado y enojado en partes iguales.

—Amo a otro y no lo dejaré por un desconocido —le expliqué con sinceridad. Sé que sonaba cruel, pero tenía que entender que mi decisión estaba hecha y no había forma de convencerme—. No voy a salir contigo ni quiero conocerte.

Me permití observar su rostro con más detenimiento. Sus pómulos y mandíbula eran prominentes, sus pestañas largas y sus labios carnosos. Su cabello negro azabache caía con elegancia sobre sus ojos. Mi loba interior gruñó claramente molesta por mi decisión. No entendía porque estaba rechazando a un ejemplar tan perfecto. Le recordé que ella había aceptado a Izan hace mucho tiempo y que lo amábamos.

Finalmente, el hombre sonrió y se levantó. Su presencia era tan poderosa que me estremecí cuando se movió. Mis hormonas se estaban volviendo locas con su embriagante aroma de calabaza y pino, y mi loba interior no paraba de rogarme que me le tirara encima.

—Te dejaré pensarlo por un tiempo y si dentro de tres meses no haz cambiado de opinión, lo aceptaré y no te volveré a molestar.

A pesar de mi hostilidad durante el intercambio, él se había mantenido calmado en todo momento. Me di cuenta de que se fue sin haber tocado su comida. Lo observé alejarse a través de la ventana de vidrio en su auto y me sentí terrible. Me alegré de que no había nadie en el establecimiento porque estaban cerrando.

Después de terminas la escuela, había dejado el territorio de la manada para ir a la universidad, pero pronto me di cuenta de que extrañaba demasiado a Izan, así que opté por seguir la carrera de forma no presencial. De esta manera, podía seguir viviendo en la casa de mis padres y tener más tiempo para estar con mi hermoso novio. Esperaba que mi ex compañero no se hiciera muchas ilusiones, no iba a cambiar de opinión nunca.

Mi loba se había quedado inusualmente callada desde el encuentro con el hombre. Sabía que estaba molesta, pero ella sabía porque no podía aceptarlo, además, pensaba que también quería a Izan. Tenía la esperanza de que este problema se solucionaría rápidamente y después tendríamos nuestro final feliz con Izan Fernández. Me gustaba ser optimista y creer en el amor.

Izan no sabía sobre mi encuentro con el hombre y no se lo iba a mencionar hasta que el vínculo se rompiera por completo. No quería que pensase que este hombre podía arrebatarme de su lado, lo mejor era no preocuparlo.

Terminé mis labores en el café y regresé a casa para asistir a mis clases y mi entrenamiento. Todos dentro de la manada debían tener conocimientos de combate y defensa para poder ayudar en el caso de un ataque o guerra. Después de llegar a casa, me bañé y me senté en mi escritorio para revisar el portal de mi universidad. Mientras observaba las tareas pendientes y clases que tendría, mi celular se encendió con un mensaje de un número desconocido.

«Me alegro de que llegaras a casa sana y salva. Fue un placer conocerte hoy, prometo no molestarte demasiado, pero creo que es beneficioso para ambos que nos comuniquemos de vez en cuando de esta forma».

Inmediatamente, supe que era mi ex compañero, así que no le respondí porque no quería que nuestra conexión se fortaleciera. No importaba lo astuto que se creyera, sabía exactamente cómo se comportaban los hombres cuando querían a una mujer, así que puse los ojos en blanco y lo bloqueé por el bien de mi relación con mi novio. No iba a dejar que me hablara ni que se volviera más cercano a mí.

Le mandé un mensaje de buenas noches a Izan antes de irme a la cama. Estaba cerrando la ventana cuando noté una figura en el patio trasero mirándome con detenimiento. Era un enorme lobo con ojos rojos.

—M*ldición —mascullé con rabia porque sabía quién era. Decidí ignorarlo mientras estiraba las cortinas para quitarlo de mi vista. ¡Nunca me haría cambiar de opinión!