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Fuera de los Límites

Fuera de los Límites

Terminado

Multimillonario

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Introducción

"Simplemente iré a buscar a otro hombre para que me bese", se encoge de hombros y se aleja. "¿No lo harías?" hago puchero "Tal vez lo haría", dijo ella. Skye estaba tratando de mantener una cara seria cuando dijo, pero se estaba rompiendo. Pude ver la sonrisa arrastrándose en sus labios. Le hice señas de que volviera a mí. Se deslizó de nuevo hacia mí, agarrando mi camiseta. Apoyo mi mano en su mejilla y cierro el espacio entre nosotros. En el momento en que nuestros labios se tocaron, gemimos. Mmm, sí, sus labios eran tan buenos. Dejo que mi mano recorra su muslo desnudo mientras nos besamos. Skye gime en mis labios. No quería alejarme, pero tenía que hacerlo. "Deberíamos detenernos en caso de que regresen", exhalo. "Sí, buena idea", susurra, su respiración pesada. "No puedo esperar a estar contigo a solas más tarde", le dije, apartando el cabello de su rostro. "Mmm, no puedo esperar", responde ella, besando mis labios.
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Chapter 1

Skye

Me dirigí a mi apartamento, que compartía con mi mejor amiga, Amy. En cuanto llegué, me quité los zapatos y me tiré en el sofá. Tomé una almohada, que puse sobre mi cara y grité con todas mis fuerzas. Sí, había sido un día de esos. Una vez que me hube desahogado, arrojé la almohada a un lado y, con los ojos cerrados, me concentré en mi respiración, tratando de calmarme.

“¿Estás bien?”, escuché decir a una agradable voz masculina.

La sorpresa me arrancó un chillido y me hizo caer del sofá, aterrizando con un golpe seco, justo sobre mi trasero. ¿Quién diablos era este tipo? ¿Por qué había un hombre en mi apartamento? Levanté la vista y allí estaba, nada menos que el tipo más sexy que jamás había visto. Era Parker, el hermano de Amy. Dios, realmente era hermoso. Pero, ¿qué estaba haciendo él aquí? Lo último que supe sobre él fue que estaba viajando por el mundo en compañía de su novia. Se suponía que estarían fuera por lo menos un año, pero no debían haber pasado más de seis meses desde que habían partido.

“¡Por Dios, Parker! Una advertencia no estaría de más” gemí, mientras trataba de levantarme para sentarme de nuevo en el sofá.

“¿Te encuentras bien?” logró preguntar, sin dejar de reír.

“¡No es divertido! Ahora tengo adolorido el trasero” dije, realmente molesta.

Se acercó a donde estaba y me ofreció su mano. Sin dejar de mirarlo, tomé su mano, pero cuando me ayudaba a ponerme de pie tropecé sin querer, cayendo directamente sobre su duro y musculoso pecho, sintiendo que sus fuertes brazos se deslizaban alrededor de mi cuerpo. “Vaya… Hola, hola”, pensé sin dejar de mirar su musculoso tórax, pero luego me corregí a mí misma: “No, Skye, detente, detente…!”

“Tan torpe como de costumbre, por lo que veo” dijo Parker, riendo.

“Algunas cosas nunca cambian” dije, riendo también, con algo de nerviosismo, y añadí: “¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que estabas de viaje.”

“Las cosas cambiaron” dijo, sosteniéndome todavía con sus brazos.

 “No te pierdas en sus ojos cafés. No te pierdas en sus ojos cafés”, me repetí a mí misma, una y otra vez, como un mantra dentro de mi cabeza, sin dejar de mirarlo. 

Yo siempre había estado un poco enamorada de él, pero sabía que no era el camino por el que seguiría. Esa es una línea que no cruzaré, me dije. Primero, porque era el hermano de Amy, y eso podría complicar las cosas. Segundo, porque era demasiado hermoso para mí. Y tercero, porque era un poco mayor que yo; nueve años mayor, para ser exactos. Yo tenía veintitrés años y él treinta y dos. Sé que no era algo tan malo, pero sabía bien que Parker prefería mujeres de su edad y no más jóvenes. Había estado con su novia durante cuatro años, y podía decir que se trataba de una mujer deslumbrante.

“Supongo que Amy no te comentó que estaba aquí… Ni que me quedaré por un tiempo. Bueno, es solo hasta que encuentre un apartamento, ya que cedí el último” dijo, dejando al fin que mi cuerpo se separara de sus brazos.

“No, ella no dijo una palabra al respecto” le respondí. “¿Y qué hay de Heidi?”

Considerando que esos dos estaban siempre juntos, me pareció extraño que no estuviera allí con él.

“Ahora debe encontrarse en Grecia, con su nuevo novio” respondió.

“¿Qué? ¿Ya no están juntos?” dije, sorprendida.

No soy de las personas que creen en las almas gemelas y todo eso, pero, honestamente, pensé que esos dos sí lo eran. Estaba segura de que algún día se casarían y juntos tendrían hermosos bebés.

“No”, dijo.

“Oh, lo siento mucho, Parker”, le dije, estrechando su mano.

“Suele pasar…” respondió con un suspiro y, tras una pausa: “¿Te importa si hablamos de otra cosa?”

Le respondí asintiendo. No quería molestarlo o presionarlo. Sin embargo, seguía sintiéndome sorprendida. No creía que ella fuera del tipo de persona que hiciera eso.

“Todavía no has respondido a mi pregunta” dijo, sonriendo de nuevo. “¿Estás bien? Pareciera que tuviste un día difícil.”

“Solo estoy estresada por el trabajo”, le respondí y sonriendo agregué: “Pero eso no es inusual para mí.”

“No, tú siempre has sido un factor estresante” dijo, riendo entre dientes.

Amy y yo habíamos sido amigas desde que teníamos cinco años, así que los conocía a ambos desde hacía mucho tiempo. Parker siempre estuvo presente cuando éramos niñas dado que la universidad le quedaba cerca de casa. Además, los padres de Amy trabajaban mucho, más de lo que deberían, así que él ayudó a criar a su hermana.

“¿Qué tal un café?” le pregunté.

“Café suena bien” me respondió sonriendo.

Nos dirigimos a la cocina, donde preparé café para ambos y nos sentamos a la mesa. No había tenido la oportunidad de hablar mucho con él en los últimos años. Solía viajar mucho, por lo que era raro que estuviera en casa, y cuando lo estaba, no era por mucho tiempo, o era yo quien no estaba en casa.

“¿Y qué ha sido de tu vida? Amy me contó que finalmente dejaste a ese imbécil con el que estabas saliendo”, comentó. 

“Sí, recuperé la sensatez”, me reí. “Se marchó hace mucho tiempo.”

Se refería a mi ex, Spencer. Estuve con él alrededor de un año y al fin rompimos hacía cosa de unos meses. Era un idiota, debo admitirlo. Ni siquiera sé por qué me quedé con él durante tanto tiempo, ya que no había nada especial en él.

“Me alegro”, dijo. “Te merecías algo mucho mejor que él. Tanto tú como Amy tienen un gusto pésimo para los hombres”, agregó riéndose.

“No es culpa nuestra que la mayoría de los hombres no sean como tú”, respondí.

“¿Como yo? ¿Debería ofenderme por eso o tomarlo como un cumplido?”, rio.

“Es un cumplido.” sonreí. “Tú eres uno de los buenos.” 

Y era cierto, él lo era. Admito que había sido un poco pelmazo cuando era más joven, pero, ¿quién no lo es? Ahora, sin embargo, era un buen hombre, encantador y cariñoso, con un corazón de oro. Heidi era una idiota al dejarlo ir.

“Gracias, pero, por lo visto, no lo suficientemente bueno”, suspiró, bebiendo un sorbo de su café.

“Todo esto es culpa de ella, Parker, no tuya”, repuse.

Parker me ofreció una pequeña sonrisa y luego cambió de tema. Me di cuenta de que estaba herido, y con razón. Lo que me hizo pensar: ¿Es posible conocer realmente a alguien? Estoy segura de que Parker no esperaba emprender un viaje por el mundo con su novia para terminar regresando solo a casa.

“Tal vez. Solo desearía que eso hiciera que doliera menos”, dijo.

Extendí mi brazo por encima de la mesa para colocar mi mano sobre la suya. Parker levantó la cabeza para mirarme.

“Lamento que estés sufriendo, Parker, no te mereces eso”, le dije, bajando un poco la voz, y agregué: “También tú te mereces algo mejor que ella.”

“Gracias”, dijo, estrechando a su vez mi mano.

Traté de ignorar la forma en que mi cuerpo respondía al contacto con su mano. No era el momento oportuno para ello. Le ofrecí una suave sonrisa y deslicé mi mano con suavidad para separarla de la suya. Un silencio se hizo entre nosotros, mientras sorbíamos nuestro café. No estaba segura de qué más podía decirle.

“SKYE… PARKER… ¿ESTÁN EN CASA?”, escuchamos a Amy llamando desde el pasillo.

“ESTAMOS EN LA COCINA”, le respondí, elevando la voz.

Amy entró en la cocina, deslizándose como si bailara un vals y sonriendo alegremente. Esta chica siempre está sonriendo.

“Hola Skye. Parker va a quedarse aquí por un tiempo. ¿Te parece bien?”, dijo riendo, deteniendo al fin sus pasos danzarines.

“Sí, no hay problema, pero creo que un aviso hubiera estado bien” me reí. “Hace un rato me llevé un buen susto porque no tenía idea de que él estuviera aquí”, agregué, sacudiendo la cabeza.

“Se cayó del sofá, justo sobre su trasero”, dijo Parker, riéndose a carcajadas.

Lo miré con fingida seriedad, lo que lo hizo reír más fuerte y terminé riéndome con él. Amy nos miró a uno y a otro con algo de sorpresa.

“Parece que lo estás llevando mucho mejor”, sonrió Amy, mirando a Parker.

“En realidad no, pero la torpeza de Skye ha sido una buena distracción”, sonrió.

“Me alegro de haber podido ayudar”, me reí, sacudiendo la cabeza.

Y sí, en verdad me alegraba haberlo distraído, aunque solo fuera por un momento.

“Qué bueno”, sonrió Amy abrazando a su hermano.

Se preparó un café y se unió a nosotros en la mesa.

“¿Cómo ha estado tu día, hermana?”, preguntó Parker.

“He tenido un buen día”, respondió Amy, sonriendo, mientras endulzaba su café.

Los dos conversaron sobre su día y sobre cómo estaba Parker y preferí dejarlos en eso. Entendí que, si Parker quería hablar sobre sus problemas, sin duda preferiría que yo no estuviera presente cuando lo hiciera, lo que para mí estaba bien.

De todos modos, necesitaba una ducha, ropa cómoda y una buena siesta. Estaba agotada, mental y físicamente. Eso les daría a esos dos el tiempo suficiente para ponerse al día, pues, si Parker recién llegaba, no habrían tenido mucho tiempo para hablar antes de que Amy tuviera que irse al trabajo.

Ya me uniría a ellos más tarde. Estaba segura de que los tres podríamos encontrar algo para mantenernos ocupados. Sin embargo, no sabía cómo habrían de ir las cosas si Parker iba a quedarse con nosotras. Pensé que hacía mucho que había superado mi enamoramiento, pero la verdad es que me estaba mintiendo a mí misma, pues, al verlo nuevamente, me hizo darme cuenta de que era algo que todavía estaba allí. Sin embargo, ahora no se trataba ya de un simple enamoramiento, sino de una fuerte atracción hacia él, con un toque de lujuria, debo admitirlo. Que él esté cerca no va a ayudar con eso.

Pensé que solo era cuestión de encontrar una manera de lidiar con aquella situación ¡Ese era un camino que yo no iba a seguir jamás! Y, como dije anteriormente, sabía que, por muchas razones yo no era su tipo. Lo cual, supongo, estaba bien. Después de todo, se trataba del hermano de Amy, y todo estaría bien mientras el interés fuera algo unilateral.

Dejé escapar un suspiro, yendo a mi habitación a buscar lo que necesitaba para mi ducha.

Lo tienes, Skye.