Tras recibir el mensaje de su novio, quien había estado en un viaje de negocios durante mucho tiempo, Emilia se acicaló, se vistió con elegancia y se dirigió apresuradamente al hotel Emperor. Una vez allí, el mesero la saludó y la condujo a la suite presidencial. Sin embargo, cuando entró en ella, de repente una mano cubrió su boca. Mientras luchaba intensamente para liberarse, escuchó la melodiosa voz de su colega, Ivy Zogg, proveniente de la habitación, que decía :"Lucas, ¿cuándo vas a dejar a Emilia y a revelarles a todos nuestra relación?
Al oír aquella declaración, Emilia abrió los ojos desmesuradamente, incrédula. Entonces, escuchó la voz ronca y seductora de su novio, Lucas, que decía: "Cariño, ¿cómo es posible que creas que ella es comparable a ti?"
No cabía la menor duda: era la voz de su novio. Emilia estaba rota de dolor por aquella traición.
"Cariño, ¿acaso piensas enviarle una mujer a Lorenzo Bagetto hoy para incriminarlo en la violación?", preguntó coquetamente Ivy.
"Mmmm....Sin duda esta vez haré de su vida un infierno viviente", repuso Lucas en tono siniestro y burlón.
"No, cariño, por favor no actúes así". En cuanto Lucas dejó de hablar, las palabras de Ivy rompieron el corazón de Emilia.
"¿Acaso no te gusto mucho más de esta manera?", preguntó Lucas con una voz que se enronquecía gradualmente y en la cual se apreciaba una nota de urgencia cada vez más apremiante.
Emilia sintió que el hombre que estaba cubriéndole la boca la empujaba con violencia hacia la puerta, y entonces pudo ver a la pareja que yacía en la cama, a través de la hendidura de la puerta a medio cerrar. Aquella escena era bastante lujuriosa y tentadora.
Aquel hombre era su novio, del cual había estado enamorada durante muchos años. Su nombre era Lucas Bagetto.
Estaba segura de que el hombre que la había arrastrado hasta allí lo había hecho a propósito, para que fuera testigo de la traición de Lucas.
Jamás había esperado que su novio la traicionara con su colega. Habían estado enamorados durante muchos años, a lo largo de los cuales se había caracterizado por ser amable y considerado, pero ahora los buenos recuerdos del pasado eran fuente de intenso disgusto para Emilia. Se sentía desilusionada al ver cuán bien había fingido él en el pasado. Había llegado incluso a hablar mal de Ivy con mucha frecuencia.
En aquel momento estaba tan sorprendida que temblaba de pies a cabeza.
Antes de que tuviera siquiera tiempo de sentirse triste, un hombre la arrastró lejos de allí, hasta otra habitación.
¡Resultaba imposible saber qué estaba pasando!
La habitación estaba impregnada de un intenso olor a alcohol. Aquel hombre la empujó con violencia sobre la cama y la aferró entre sus brazos.
De repente se escuchó un estrépito.
Tras escuchar que la puerta se cerraba, se sentía atrapada en aquella habitación y también en los brazos de aquel hombre.
Tenía la impresión de que se trataba de un sujeto dominante y poderoso. La estrechaba firmemente entre sus brazos, impidiéndole escapar.
Antes de que hubiera tenido tiempo de comprender qué estaba sucediendo, los labios del hombre presionaron los suyos. La besó con desenfado, oprimiendo su cuerpo bajo el suyo. Se sentía aturdida al sentir el Irresistible aroma de las hormonas masculinas a su alrededor.
La energía arrolladora de aquel hombre le impedía hacer el menor movimiento.
Podía darse cuenta de que el cuerpo de aquel hombre estaba bastante caliente y de que la lujuria se había apoderado de él hasta el punto de desear p*netrarla.
"¡Oh, eso duele!", gritó de repente, rompiendo el silencio de aquella pacífica noche.
Aquella noche era encantadora; reinaba una atmósfera seductora.
Todas las estrellas parecían haberse ocultado tímidamente tras el oscuro velo del cielo nocturno.
La noche había llegado a su fin. Una noche en la que ni siquiera había tenido tiempo de llorar.
En medio de la oscuridad de la noche, un extraño le había arrebatado su más preciado tesoro, el cual había conservado durante 20 largos años.
......
Al día siguiente, por la mañana, soplaba una suave brisa.
De golpe, un grupo de personas irrumpió en la habitación, despertando a Emilia y a Lorenzo, quienes estaban exhaustos tras la agitada noche anterior.
Pero antes de que acertaran a reaccionar, se encontraron rodeados de una nube de policías y periodistas.
