"Eleanor, no tengas miedo. Es sólo una operación menor. Pronto todo irá bien".
"La condición de tu hermana está empeorando. Solo tu corazón es el mejor aliado. Por favor, sálvala".
"Sé que has sufrido, pero ahora eres el único que puede salvarla. Siempre me has obedecido. Ayúdala, ayúdanos".
La voz que sonaba junto a su oído era suave y encantadora, pero hacía que la gente sintiera frío por todas partes. Eleanor Hampton yacía en la cama fría y dura. Con la boca tapada, solo podía mirar fijamente al elegante hombre que tenía frente a ella.
¡Quería negarse! ¡Quería liberarse!
Pero su cuerpo, al que le habían inyectado anestesia, no podía hacer fuerza alguna. Sacudió la cabeza desesperadamente y rezó para que el hombre que tenía frente a ella no fuera tan cruel.
¿Seguiría viva después de que le quitaran el corazón? Si ella los ayudaba, ¿quién la ayudaría a ella?
Para salvar a Catherina Hampton, su hermana menor que tenía una enfermedad cardíaca, se la consideró una fuente de apoyo para el corazón. Si hubiera alguna complicación con Catherina, ¡Eleanor contribuiría de inmediato con su corazón!
Pero ¿por qué? ¿Acaso su vida no importaba? Ella también quería vivir, ¡y tenía derecho a vivir!
Era como si no hubiera visto la súplica y la desesperación en sus ojos. No dudó en inyectarle otra dosis de medicamento.
"Sé una buena chica. Cuando puedas dormir un poco, todo habrá terminado".
Después de eso, se fue sin mirar atrás. Dado todo el equipo que tenía frente a ella y el olor a desinfectante por todas partes, se podría decir que estaba en el sótano de un hospital privado.
Eleanor derramó una lágrima por el rabillo del ojo.
"¿Cuándo preparó esto para mí? No puedo culpar a nadie más por haber llegado a este estado. Sólo puedo culparme a mí misma por ser ciega y creer en este hombre, el hombre al que una vez amé profundamente".
Ella aún recordaba que él le había dicho que la amaba y que la protegería. Nunca permitiría que la familia Hampton le hiciera daño. Pero cuando cambió su vida, cambió su vida por la de Catherina.
Estaba atrapada allí, sin luz solar. Solo podía verse a sí misma tumbada en la mesa de operaciones, sintiendo el dolor de que le arrancaran el corazón.
Resultó que su amor era falso. Su supuesta protección era para convencerla de que cayera en su trampa. Si realmente la amaba, ¿cómo podría estar dispuesto a cambiar su vida por la de otra mujer?
Tenía los párpados muy pesados y estaba a punto de quedarse dormida. Se dio cuenta de que la droga estaba a punto de hacer efecto. Antes de quedar completamente a oscuras, oyó una débil conversación en la puerta. Debía ser Patrick Hopkin y el médico.
-Señor Hopkin, Catherina está lista. ¿Comenzamos ya?
"Vamos a empezar."
"Después de la operación, ¿qué hacemos con el sótano?"
"Préndele fuego. Es inútil que Catherina se quede aquí. No dejes ninguna prueba".
"Sí"... Se decía que después de que una persona muriera, su alma sería preservada. Cuando Eleanor despertó de nuevo, descubrió que el área a su alrededor estaba en llamas. Al mirar el gran agujero en su pecho, los ojos de Eleanor se enrojecieron.
...Patrick Hopkin...
¡Patrick Hopkin!
"Si hay una próxima vida, dejaré que tú y Catherina prueben este dolor desgarrador". ¡Te haré pagar con tu sangre!
De repente, oyó pasos apresurados. Alguien la llamó con entusiasmo por su apodo.
"Eh, eh..."
Su voz era baja y familiar. Eleanor miró hacia la fuente del sonido. En medio de la luz ardiente, un hombre caminaba hacia ella. Su figura alta y erguida exudaba un aire orgulloso e inquebrantable que era difícil de sacudir. Los ojos del hombre eran escarlata y estaba sin aliento, como si acabara de llegar de un lugar lejano. Las pupilas de Eleanor se contrajeron de repente.
¡Roberto, Roberto!
¡¿Cómo podría ser él?!
Se decía que Robert tenía un corazón puro y no se acercaba a las mujeres, pero nadie sabía que solo sentía un profundo afecto por Leonor. Era claramente un hijo predilecto del cielo, pero siempre la perseguía solo.
Pero ¿cómo podría ver a alguien más cuando estaba concentrada en Patrick?
Incluso tenía miedo de que Patrick la malinterpretara, por lo que deliberadamente le dijo muchas palabras desagradables a Robert... Inesperadamente, en ese momento de vida o muerte, él se apresuró a salvarla, sin tener en cuenta su seguridad personal.