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Alfa, Luna, Alfa

Alfa, Luna, Alfa

Autor: GlamQueen23

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Hombre Lobo

Alfa, Luna, Alfa PDF Free Download

Introdução

Ava Marlo descubre a su novio y mejor amiga teniendo sexo en el sofá de su casa. Herida abandona la manada en busca de una nueva vida. Su vida da un giro de 180 grados al encontrarse con Liam West, beta de la manada Fullmoon y ardiente compañero, que le hará experimentar el placer de manera intensa. Por fin la vida parece sonreírle a Ava, pero, como suele pasar, no todo es color rosa.
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Chapter 1

-"¡Eres un puto imbécil, Tyron!"

Y así, sin más, es como acaba todo. Así acaba mi relación de 4 años con Tyron, con mi amiga Lex cabalgándolo en mi sofá, muy poético, todo un espectáculo visual.

¿Lo más gracioso de todo? Me siento liberada, hace tiempo que no siento lo mismo por él, me daba la sensación que solo compartíamos piso, y supongo que a él también, visto lo visto, aún así, no es agradable encontrarte con eso. Kyrie, mi loba, ignora completamente la situación, simplemente pasa del tema, Tyron no es mi compañero así que a mi loba se la repampinfla, sobre todo porqué tampoco congeniaba demasiado bien con Rex, su lobo.

Unida a Tyron por qué no apareció mi compañero, encontré en él alguien con quien compartir inquietudes y por qué no, echar un polvo. Al principio la idea estaba clara para ambos, esto era un pasatiempo mientras nuestras verdaderas compañeros aparecían, pero con el tiempo nos encariñamos. Vivimos cuatro años juntos de buenos momentos, hasta que la idea de que algo no estaba yendo bien se metió en mi cabeza intrusivamente, y si me preguntas, creo que el problema simplemente era yo.

-“Podrías haberme dicho que no querías seguir con la relación, no hacía falta que te tirases a Lex en mi sofá, ¡joder! Y a tí, Lex… ¡Ya te vale!”. Salgo de casa con el bolso, la chupa y la cartera.

Tengo una mezcla de sentimientos, me han engañado pero al mismo tiempo era algo que incluso deseaba. Hace tiempo que no sabía como decirle a Tyron que quería dejarlo, está claro que me lo ha puesto fácil, pero joder, había formas menos humillantes.

Camino por los senderos del territorio de mi manada, sin saber donde dirigirme, no me queda familia a la que buscar y tampoco he tenido nunca demasiadas amistades, y el número está decreciendo, por lo visto.

Cuando me doy cuenta estoy en los límites de la manada y una idea me cruza la mente, quizá podría ir a la ciudad, buscar un bar de humanos y beberme todo el JB que tengan disponible, hace mucho que no hago eso.

Así que sí, eso hago, cruzo los límites y salgo a la carretera, siguiendo el camino, dirección: la ciudad más cercana. Me paro en la parada de autobús y a los veinte minutos pasa el 2H, tiene su última parada en el centro urbano, perfecto.

Otros 30 minutos más tarde me encuentro en pleno centro de la ciudad. Hace un frío del demonio, y aún así la ciudad sigue siendo más cálida que los terrenos de mi manada. Me dirijo al primer bar de mala muerte que encuentro y empiezo mi tarea.

-“Buenas noches preciosa, ¿qué te pongo?” me dice un barbudo camarero con el brazo tatuado. Tiene pinta de ser el típico motero retirado que se ha montado un bar con los colegas y llega a fin de mes de milagro. Repaso rápidamente las paredes y entre las mil fotos que encuentro hay una del camarero casándose con otro tipo de aspecto parecido. Me parece tan tierno…

-“JB, y deja la botella, por favor”, le contesto con una sonrisa, el pobre no tiene la culpa de que tenga un día de mierda.

-“¿Una mala noche?” me pregunta mientras me sirve y me pone unos cacahuetes con la bebida.

-“Bueno, en la medida que consideres una mala noche llegar a tu casa después de un turno de 12 horas y encontrarte a tu novio y tu amiga follando en tu precioso sofá, sí, una mala noche”. Sonrío y me tomo la bebida de un trago, tengo que adormecer a la bestia, y no hablo de Kyrie.

-“Joder, creo que sí, que eso se podría considerar una mala noche. Oye, si me aceptas el consejo, en este bar solo hay viejas glorias moteras, si te quieres divertir de verdad, tu ya me entiendes, ve al Kiwi Bar, tiene un nombre ridículo, lo sé- me dice mientras me río del nombre- pero es el bar de moda y allí van tíos más que decentes, aquí solo te aburrirás hablando con pichas viejas como yo”.

-“Quizás vaya luego, gracias por el consejo, pero de momento creo que prefiero quedarme charlando contigo, por muy vieja gloria motera que seas”. - Le digo a mi camarero mientras asiente con una sonrisa. -“Soy Ava, por cierto”.

-“Encantado preciosa, yo soy Aless”. No sé porqué pero tengo buena conexión con el tipo, igual es por que le doy pena y se encarga que nadie me moleste y menos los tíos raritos del bar, pero me siento cómoda hablando con él.

Cuando me doy cuenta le he metido un buen meneo a la botella, para una cambiante como yo eso no es nada, pero en el mundo de los humanos debería estar bastante perjudicada ya.

-"Cariño, creo que deberías parar de beber, no quiero tener que llevarte a un hospital", me dice Aless, preocupado. Me levanto de la silla fingiendo que estoy borracha y me excuso para ir al servicio. La idea es hacer parecer que he vomitado, esperar un ratito en el bar "a que se me pase el pedo" y fingir que me voy a mi casa para ir al siguiente bar.

El problema es ese, "mi casa". La casa era de Tyron, yo solo vivía con él, como bien me recordaba mi querida

ex

suegra.

Rápidamente en el baño le mando un mensaje a Tyron:

<<Por favor, mañana sal de casa a las 11, regresa a las 18, me llevaré todas mis cosas>>.

<<Ava, siento que haya tenido que ser así, ¿podemos al menos hablarlo?>> me contesta a los minutos.

<<Me apetece más que me atropelle un bus, pero gracias. Estabas follándote a mi amiga en el sofá, no hay mucho que hablar. Sal de casa mañana para que pueda recoger tranquilamente, por favor>>.

A los 5 minutos me contesta con un frío <<Ok>>, y ya, fin de la conversación, hasta aquí llegamos.

Salgo del baño con un bajón tremendo, no es que crea que mi vida se ha acabado y a saber cómo lo voy a hacer para seguir sin mi novio

porque obviamente, no lo creo

pero tampoco me siento la persona más feliz del mundo ahora mismo. Tengo que buscarme un alojamiento

y joder, buscar un sitio donde dormir esta noche

y empezar otra vez a remontar.

-”Aless, ¿sabes donde podría dormir esta noche que no sea un cuchitril pero tampoco me sangren la tarjeta de crédito?” le pregunto a mi nuevo amigo, me importa más bien poco que sea un humano, me parece un tío legal.

-”Estás de suerte, preciosa. Mi hermana es la propietaria del hostal que hay tres calles más abajo, voy a llamarla para decirle que te prepare una habitación”. Vale, si no fuese porqué este tio es gay, me casaría con él. Lo adoro.

-”Joder, muchas gracias, de verdad. No sé cómo voy a agradecerte esto”, le digo con una sonrisa enorme.

40 minutos después estoy ya en la habitación del hostal. Es una habitación modesta, con una cama individual pero muy cómoda, un armario de tamaño medio y lo más importante, un cuarto de baño con una ducha grande. Me quito la ropa y me meto de lleno en la ducha, dejando que el agua caliente caiga sobre mi cuerpo durante un ratito. Al ponerme el albornoz y situarme frente al espejo veo el caos frente a mí, al salir de casa a toda prisa no he cogido ni mis productos desmaquillantes, así que mis ojos ahora se asemejan a los de un panda, con las ojeras bien negras de la máscara de pestañas. Me limpio la cara como puedo y seco mi larga melena negra, mañana tengo que recoger la plancha de pelo, estas ondas son imposibles.

Finalmente me meto en la cama y me quedo dormida instantáneamente, demasiado cansada tras 12 horas de curro en un hospital, una ruptura, una larga caminata y más de un cuarto de botella de JB.

Son las 8 de la mañana cuando me levanto para desayunar y regresar a “mi casa” a por mis cosas. Me pongo la misma ropa que ayer y bajo a la cafetería del hostal, que por suerte tiene desayuno incluido en el precio.

Cuando entro en la cafetería el aroma a café recién molido y tostadas inunda mi sensible olfato, adoro esa combinación. Me dirijo sin pensarlo a la camarera que está sirviendo cafés en la barra cuando otro olor inesperado me golpea descaradamente.

Mmmm, huele a bosque, una mezcla de pino fresco y salvia. El olor me atrae y me atrapa, dejándome perpleja, me desplazo por la pequeña cafetería buscando de donde proviene ese olor, pero éste empieza a desvanecerse, sea quien sea el propietario se ha marchado poco antes de que llegase yo.

- <<Es él, Ava, es nuestro compañero!>> resuena la voz de Kyrie en mi cabeza como un martillo.

- <<¿Cómo va a ser nuestro compañero, Kyrie? Estamos en la ciudad, ¿quieres decir que es un humano? >> me aterra la idea, si ya me ha resultado difícil encontrar a mi compañero entre los cambiantes, como sea un humano y tenga que explicarle toda la historia de los lobos, la llevo clara.

- << No, idiota, es un lobo! Estamos en la ciudad pero eso no significa que solo haya humanos aquí, mírate! Crees que eres la primera o la única que se marcha a una ciudad humana?>> Vale, Kyrie tiene razón, pero de todos modos el olor se pierde en el ascensor y para cuando vuelve a bajar, salen muchos humanos y sus olores se camuflan entre ellos. Mierda. Una cosa está clara, mi pareja se aloja aquí, tengo que encontrarla antes de que se marche.