Bonnie
"¡Si no bajas tu maldito trasero ahora mismo, juro por la mismísima Diosa Lunar que voy a sacar mi maldito cinturón y te haré arrepentirte!" La voz de mi papá me eriza la piel y hace que todo mi cuerpo tiemble, sabiendo el dolor que voy a soportar muy pronto. Mi papá cumple lo que dice y, gracias a mi hermano de mierda, mi castigo será aún más doloroso de lo normal.
"¡Si tengo que ir a buscarte, ya sabes lo que pasará, perra!" Sigue gritando mientras yo me arrincono más en mi clóset, rezando por un milagro o, al menos, por que aparezca un agujero gigante en estas viejas tablas del piso y me trague entera. Por supuesto, la realidad no sería tan amable como para crear un agujero para mí. No, mi realidad resultará en dolor, y mucho.
"¡¿Dónde diablos estás?!" De repente, su voz parece tan cerca, y un gruñido que solo puede pertenecer a un Beta hace temblar las paredes a mi alrededor. ¡Mierda, ya está aquí! "Esta es tu última oportunidad para salir, perra. Si no lo haces, ya sabes lo que pasará". Sabe que estoy aquí, pero no sería mi papá si no se tomara el tiempo de burlarse un poco más. No importa si salgo ahora o si lo dejo encontrarme; de cualquier manera, mi castigo me hará sufrir por más de unos días.
"Tu trasero debería haber estado abajo hace más de 30 minutos, y ahora va a pagar. ¡No sé por qué te haces esto a ti misma cada maldita vez!" A veces me pregunto cómo mi papá puede ayudar a liderar esta manada como Beta siendo tan estúpido. ¿De verdad cree que me escondí en el clóset y decidí no bajar a hacer el desayuno sabiendo que él vendría a buscarme y me haría pagar por mi propia voluntad? No, no fue así, pero no importará cuál sea mi razón para estar aquí; no me creerá, no le importará.
"Bueno, hola, pequeña perra". Siento que el aire sale de mis pulmones cuando arranca la puerta y se lanza sobre mí, agarrándome de la camisa y lanzándome al otro lado de la habitación. Un gruñido escapa de mi boca cuando un dolor cegador recorre mi columna al golpear la pared, y el impacto me deja sin aliento. Este día comienza de maravilla.
Y sí, sé lo que estás pensando. Los hombres lobo tienen habilidades de curación increíblemente rápidas, y aunque eso puede ser cierto, desafortunadamente, no siempre es el caso, y, por supuesto, como todo lo demás en mi vida que sale mal, esa habilidad también falla. Un lobo sano puede curarse rápidamente, pero no uno enfermo, y yo soy la definición de un lobo enfermo.
Toso mientras trato de recuperar el aliento, pero antes de que pueda inhalar completamente, mi papá ya está sobre mí, levantándome del suelo por el cuello de mi camisa. Me sacude bruscamente antes de gritarme en la cara, haciendo que salpicaduras de saliva caigan en mi frente, nariz y barbilla, obligándome a contener las náuseas. "Bueno, vamos, perra. ¿No vas a intentar al menos inventar alguna excusa patética para cubrirte el trasero?"
Aunque la mayoría de las palizas que recibo de mi papá son causadas por mi hermano, trato de no mencionar su nombre y, en cambio, invento otra excusa, cualquier excusa, porque en esta casa mi hermano es el niño dorado, el favorito, y, en lo que a mi padre respecta, él nunca hace nada malo. Si intento decir lo contrario, mi padre se enfurece y aumenta mi castigo.
Sin embargo, a veces no puedo pensar en una excusa lo suficientemente rápido, y mi papá no tolera que no responda, menos aún que mencione el nombre de mi hermano, así que eso es lo que tengo que hacer. Tengo que decir la verdad, y hoy parece ser uno de esos días.
"Rowan... Rowan me encerró en el clóset". Como era de esperar, su cara se pone aún más roja mientras me sacude bruscamente antes de lanzarme al otro lado de la habitación. Solo que esta vez me estrello contra la ventana y grito cuando se rompe, y varios fragmentos se clavan en mi piel.
"Mira lo que me hiciste hacer ahora. ¡Pedazo de mierda inútil y estúpido!" Se abalanza hacia mí mientras intento sacar un gran trozo de vidrio de la palma de mi mano. Me agarra con fuerza del pelo y tira hacia atrás, obligándome a mirarlo a la cara. Al mismo tiempo, aparta mi mano, impidiendo que saque el vidrio, y luego presiona hacia abajo, clavándolo aún más en mi palma y haciéndome gritar de dolor.
"Nunca entenderé por qué naciste, pero cuanto antes te mueras, mejor." Me quedo en silencio, tratando de respirar a través del dolor mientras él sigue lanzándome palabras venenosas, pero no creo que se dé cuenta de lo inútiles que son esas palabras para mí. Todo lo que he escuchado de él, de Blue y de Rowan son insultos, y su comportamiento ha sido aún peor. Tengo 18 años, 18 años escuchando cada cosa horrible imaginable, así que sí, sus palabras ya no me afectan tanto. El dolor de las golpizas es peor que cualquier cosa que pueda decir... mucho peor, y no estoy segura de si alguna vez me acostumbraré a eso.
"La próxima vez que hables mal de tu hermano, no seré el único encargado de castigarte." Retira su mano justo antes de darme una bofetada fuerte en la mejilla, lo que hace que mi visión se nuble y mis oídos zumben. Como dije antes, no le cae bien que hable mal de su preciado hijo o de cualquiera, en realidad. Rowan tiene 20 años, el futuro Beta de nuestra manada, y juro que ese chico podría caer en la mierda y aún así salir oliendo a malditas rosas.
Mi papá ha amenazado con que mi hermano me castigue más de una vez, pero nunca lo ha hecho. Claro, no me engaño pensando que es porque me está protegiendo; nunca me ha protegido ni un solo día en mi vida. No, creo que es porque sabe que el temperamento de Rowan es aún peor que el suyo, y teme que Rowan pierda el control y me mate. Y si lo hace, ¿entonces a quién tendrá mi papá para maltratar y descargar su ira? Y, por supuesto, ¿cómo explicaría mi desaparición a los demás?
Mis pensamientos se interrumpen cuando mi papá vuelve a tirar de mi pelo. Es una de sus cosas favoritas, y, sinceramente, me pregunto cómo es que no tengo calvas. Espero el siguiente golpe, pero entonces sus ojos se nublan cuando alguien se comunica con él mentalmente, y de repente suelta mi pelo y da un paso atrás. "¡Baja tu maldito trasero al sótano! ¡Ahora!" ¿Qué diablos pasa? Debe ser algo importante para que mi papá deje de golpearme. Nada lo detiene, ni siquiera las comunicaciones mentales, a menos que sean realmente urgentes.
En el momento en que cierra de golpe la puerta de mi habitación, las lágrimas brotan de mis ojos y todo el dolor que he estado ignorando sale a la superficie, haciéndome temblar. "Vamos, cariño. Levántate del suelo. Vamos a limpiarte." La voz de mi loba, Lexis, me calma un poco mientras me anima. Nunca entenderé cómo sigue aquí conmigo. Cumplí 18 hace seis meses y, aunque pude transformarme bien durante el primer mes, desde entonces no he podido. Mi cuerpo está demasiado débil por las golpizas y el hambre para poder hacerlo.
Le he dicho a Lexi más de una vez que me deje, que encuentre otro lobo con quien vivir. Es lo mínimo que se merece, pero siempre se ha negado. Ha estado a mi lado desde el primer día, y siempre le estaré agradecida. Es mi mejor amiga, mi única amiga, y, sinceramente, la mayoría de los días es lo único que me mantiene en pie. Se niega a dejarme, y yo sigo luchando por ella, pero un día... Un día todo esto terminará. No sé cómo, pero de una forma u otra saldremos de esta casa y de esta manada, y, lo más importante, lejos del mal que es mi papá.
