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Dama renacida sacude el mundo

Dama renacida sacude el mundo

En proceso

Multimillonario

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Introducción

Domenica se reencarnó y se salvó de un peligroso barranco de montaña. Fue recibida por la estimada familia Jones como su joven amante. Muchos la veían como una ingenua muchacha de campo, esperando que tropezara y se pusiera en ridículo. Sin embargo, ¿cómo podría ocultar su verdadera identidad como experta médica internacional, magnate financiera y artista de renombre mundial? Aquellos que una vez la menospreciaron tienen que disculparse: "¡Lo sentimos, no supimos reconocer a los verdaderos grandes!" ¡Resulta que el pequeño barranco donde ella vivía en realidad estaba lleno de personajes de renombre internacional escondidos!
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Chapter 1

—¡Señor, le imploro que no insista en esto! —suplicó una mujer—. Su hermana es sólo una niña de seis años. Si esto persiste, ¡podría morir!

El hombre replicó: "¿Hermana? ¡No reconozco a ninguna hermana considerablemente más joven que yo! No es más que un desecho, los restos descartados que el anciano rescató de un montón de basura. Rechazo su afirmación".

Un gran navío, un yate de lujo, sucumbía lentamente al abrazo implacable del mar infinito. Las alarmas sonaban con sus terribles advertencias y sus gritos resonaban en todo el barco condenado.

Dentro del yate, una criada suplicaba desesperadamente ante la pantalla de la computadora: "Señor, no debe hacer esto. ¡Se lo imploro!".

Junto a la frenética criada se sentaba una niña de no más de seis o siete años. En marcado contraste con el miedo palpable de la criada, la niña exudaba un aura de calma.

Ni las súplicas de la criada ni el áspero clamor de las alarmas parecían alcanzarla. Sus ojos reflejaban una tranquilidad y un aplomo que no correspondían a su tierna edad.

Sus diminutas manos danzaban sobre el teclado de una computadora portátil y las líneas de código saltaban por la pantalla con cada pulsación. A medida que pasaba el tiempo, sus pulsaciones perdían parte de su velocidad inicial, pero incluso cuando se ralentizaban, superaba a la mayoría.

Al otro lado de la pantalla, un hombre rubio de ojos azules miraba a la niña con una sonrisa desdeñosa. "No tienes sangre de los nuestros. Eres menos que un bastardo, ¿no te parece?"

Sin inmutarse, la niña continuó escribiendo sin parar hasta que un dato escalofriante apareció en la pantalla: "Probabilidad de paternidad: 0,00001%".

Su mirada bajó. Sus pequeñas manos temblaron sutilmente sobre las teclas mientras susurraba: "Padre..."

La criada gritó: "¡Tu hermano no te abandonará!"

El hombre rubio se burló. "Es un ignorante. El malhechor huyó de la familia al descubrir sus verdaderos orígenes. No tiene ninguna conexión conmigo".

—Y en cuanto a ti... —La fría mirada del hombre se posó en la muchacha—. Ya que no eres pariente nuestra, deja de entrometerte. Es hora de que desaparezcas...

Un fuerte zumbido eléctrico surgió de la computadora portátil y la pantalla parpadeó frenéticamente antes de sumergirse en la oscuridad.

En otro lugar, en el lejano Continente Y, se estaba produciendo un diluvio torrencial.

Un grupo de personas, envuelto en la oscuridad de la noche, se encontraba de pie junto a la orilla. Todos iban vestidos de luto y lucían una solitaria flor blanca en la solapa. Se mantenían firmes bajo la lluvia torrencial, con el cuerpo empapado y el rostro estoico.

Era el día del funeral del líder de la Organización Lobo Negro.

La organización, conocida mundialmente por sus tecnologías de piratería informática superiores y sus habilidades de combate sin igual, era una entidad formidable. Nadie se atrevía a desafiar su supremacía.

Aunque su líder había caído, la Organización Lobo Negro seguía intacta. Las especulaciones eran muchas: ¿quién asumiría el liderazgo?

El rostro en el retrato funerario era amable y la sonrisa cálida.

A medida que avanzaba la ceremonia, los miembros de la organización se alinearon para presentar sus respetos, cada uno de ellos recibido por un joven que estaba junto al retrato.

La lluvia le salpicaba la cabeza y las gotas se le pegaban a sus espesas pestañas.

Se volvió hacia el mayordomo que estaba a su lado, con voz ronca: "¿Dónde está mi hermana?"

El mayordomo respondió con tono sombrío: "Señor, ella estaba profundamente dormida cuando nos fuimos. ¿La llamo? Él siempre estuvo tan enamorado de sus talentos excepcionales..."

La mirada del joven se fijó en el retrato monocromático. Se quedó en silencio durante un largo momento antes de susurrar: "No... déjala dormir".

Su presencia sólo amplificaría el dolor colectivo.

En el mar cercano, un yate de lujo navegaba sin rumbo, hundiéndose lentamente bajo las olas.

Finalmente, el mar recuperó su tranquilidad y los turbulentos acontecimientos de la noche fueron devorados por sus infinitas profundidades.